sábado, 21 de noviembre de 2009

Fantasia 5 estrellas



Hola amigos. Esta es una fantasía que llevo mucho tiempo imaginando y con la que me caliento de una forma increíble. Aun no la he realizado pero si algún día lo hago, lo sabréis. Os dejo con la historia.


Llegas de un viaje a Madrid y voy a buscarte en el coche y te recojo. Mientras volvemos a Alcalá, nos vamos echando miradas en el coche en las que nos desnudamos mutuamente. Al cambiar de marcha te acaricio la pierna y voy deslizando mi mano hacia arriba. Empiezas a sentir el calor en tu entrepierna y me devuelves la caricia. Y te digo que por favor te esperes a que lleguemos al hotel para así poder follarte a gusto. Piso el acelerador y en menos de cuarto de hora estamos allí… Salimos del coche y en el mismo aparcamiento empezamos a meternos mano. Pero no te dejo seguir porque quiero darte una noche que no olvidaras nunca.

Entonces subimos a la habitación y te encuentras toda ella llena de rosas, una botella de champán, un bote de nata, unas esposas y un pañuelo negro. Piensas que para que usaré todas esas cosas pero no te dejo seguir pensando. Te llevo a la cama, te tiro a ella, te arranco la ropa y te ato con las esposas de pies y manos a la cama. Después de eso te pongo el pañuelo y hago que no veas nada. Aún hay una sorpresa que no has visto dentro del armario. Llego al armario y saco una cosa que tú no esperabas que estuviera ahí. Cojo la nata, y empiezo a echarte por encima de los pechos, por la tripa por la pelvis, por tus piernas y finalmente por tu coñito.


Cuando acabo de echarte nata, empiezas a sentir una lengua por tus pechos. Y tu empiezas a gozar pero pronto descubres cual es esa sorpresa de la que no sabias nada. Comienzas a sentir otra lengua en tus pies.



Tú estás flipando. Me dices que coño pasa y te digo que es una sorpresa que te tenía guardada. Así que empiezas a relajarte y a disfrutar del momento. Tienes una lengua en tus pezones y otra en tus piernas, mientras una sube la otra baja y parece que las dos se están juntando en un sitio en el que te mueres por sentir algo. Poco a poco empiezas a sentir que no hay nada de nata ya en tu cuerpo y que tu coñito esta chorreando.

Al fin empiezas a gritar pidiendo que algo entre ya en tu coñito. Así que nuestro invitado quiere complacerte pero yo no le dejo. Aún no. Quiero que sufras un poquito más y hacerte estar lo más caliente que puedas. Seguimos comiéndote enterita sin llegar nunca a tu conejito Ya no puedes más y nos suplicas así que llega el momento de ponernos a jugar en serio. Te quitamos el pañuelo y descubres que el otro chico es Andrés. Nos miras a las poyas y ves que los dos tenemos unos buenos poyones. Así que mientras él te come el coño yo me echo un poquito de nata en mi capullo y empiezo a acercártelo a la boca y tú no dudas en empezar a comértelo.

Mientras me la estás comiendo Andrés cree que ya es suficiente de andar jugando así que se sitúa entre tus piernas, se las pone a los hombros y empieza a meterte la poya despacito. Pero no quieres es. Lo que quieres es que te follen salvajemente así que a voz en grito le dices que acelere, que ya no puedes más y que te tienes que correr ya porque si no revientas.

Entonces Andrés empieza a follarte más y más rápido mientras yo por mi parte te follo la boca y te voy acariciando los pechos. Ya no aguantas más y te corres salvajemente. A la vez Andrés, al notar tus fluidos tampoco aguanta y estalla llenándote el coño de lechecita.

Al veros en un éxtasis de orgasmos yo no quiero ser menos y empiezo a correrme en tu boquita y a darte esa lechecita tan rica que tanto te gusta. Como estamos tan cansados todos, nos echamos en la cama y nos ponemos a hablar de esta experiencia. Mientras lo hacemos, tú no dejas de meternos mano y de acariciarnos nuestras poyas hasta que se ponen muy, muy duras. Cuando esto ocurre volvemos a la acción y comenzamos a comerte el coño los dos. Nos repartimos todo para poder comernos todos tus agujeritos.

Cuando no puedes aguantar más, me tiras a la cama y te subes en mi poya y empiezas a cabalgar. Empiezas a botar de unas formas increíbles. Andrés es ahora el que quiere correrse en tu boquita así que te pone la poya cerca de ella para que te la comas y la saborees bien. Mientras estas botando, le vas comiendo la poya a Andrés y empiezas a sentir calor, mucho calor y piensas que nunca habías tenido una sensación así.


Notas que pronto te vas a correr y aceleras el ritmo al igual que sientes que Andrés se va a correr también. Le empiezas a comer la poya más y más rápido hasta que de pronto, mmmm ese sabor vuelve a estar en tu boquita y estallas en un orgasmo increíble. Yo al notar tus fluiditos chocando con mi poya, no aguanto más y me corro y empiezo a soltar mi lechecita en tu coñito dejándotelo lleno de leche.


Aquí acaba esta historia. Espero que os haya gustado.

danomago@yahoo.es


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